viernes, 2 de julio de 2021

La Plataforma Contra la Incineración alerta de la posible llegada de combustibles sólidos desde Montenegro


La Plataforma Contra la Incineración de Residuos en Los Alcores teme que los residuos procedentes de Montenegro que llegarán al vertedero de Nerva se acaben incinerando en la cementera de Alcalá. «Se sabe que van a venir 70.000 toneladas de residuos peligrosos de Montenegro al vertedero de Nerva y está previsto hacer una fábrica de combustibles sólidos que iría para las fábricas de Alcalá, Jerez y Niebla», aseguran desde la Plataforma.
Este temor fue expresado el pasado 18 de junio, Día Mundial Contra la Incineración, alertando de «los efectos nocivos y altamente contaminantes de esta práctica industrial, con graves consecuencias sobre el medio ambiente y la salud de los seres humanos», según el portavoz de la plataforma Bernardo Fernández.
Con ello se pretende generar conciencia a la población en general, gobiernos, empresas e industrias. La celebración de este día, recuerda el portavoz, surge a raíz del convenio de Estocolmo sobre Compuestos Orgánicos Persistentes (COPs). «Es un instrumento jurídico que entró en vigor en 2004, con el objetivo de proteger el medio ambiente y la salud humana mediante la reducción o eliminación de contaminantes orgánicos persistentes», explica. En este sentido, manifiesta que «la emisión y liberación de estas sustancias derivadas de la actividad industrial que son altamente tóxicas, bioacumulables y resistentes a la degradación, es decir que permanecen durante mucho tiempo en el medio ambiente, donde están décadas produciendo efectos nocivos.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el uso de incineradores y hornos crematorios emite el 69% de las dioxinas a nivel mundial, así como furanos, los cuales son altamente perjudiciales para la salud de los seres humanos, ya que pueden generar cáncer, malformaciones congénitas y daños al sistema inmunológico, daños neurológicos como retraso cognitivo en niños, entre otras consecuencias.
LUCHANDO DESDE 2014:
Mariví Martín, miembro de la Plataforma Contra la Incineración de Residuos en Alcalá, expresó que llevan trabajando desde 2014. «Desde entonces llevamos pidiendo un estudio epidemiológico, no solo por la cementera, sino por la cristalera, la siderúrgica y la carretera».
En este sentido, recuerda que «Alcalá es un punto negro en cuanto al cáncer» y que «tenemos a la alcaldesa haciéndose fotos con la Asociación Española Contra el Cáncer, que ya hacen un labor bastante buena recaudando fondos para la investigación, pero queremos que se plantee la prevención», manifiesta Mariví Martín. Además, señala que «es muy hipócrita decir que ayudas a la lucha contra el cáncer cuando no haces nada por prevenirlo»
CÁNCER: 16 CASOS EN UNA CALLE CON 90 VECINOS
Enrique Gutiérrez, vecino de la barriada de la Liebre y miembro de la Plataforma, lamenta que en la barriada de La Liebre, «en una calle con 90 familias haya 16 casos de cáncer. No decimos que la cementera sea la responsable, pero es sospechoso».
En este sentido, ha manifestado que «como consecuencia de la polución de la cementera y otras empresas colindantes» escribieron cartas al Defensor del Pueblo Andaluz «por los daños que sufren». Tras lo cual, «la Junta mandó una estación medidora para controlar la emisión de partículas de la fábrica de cementos que se adhieren a la ventanas, a los coches y a los pulmones», continúa explicando, y añade: «Desde que comienzan las mediciones cesan las emisiones. No sabemos si alguien ha informado, pero después de estar 45 días la estación deja de medir y vuelven las emisiones», denuncian en la barriada.
Insiste en que se encuentran en «una indefensión absoluta», porque «en la calle tendría que haber menos de un caso de cáncer, según el promedio nacional, y hay 16. Esto significa algo». Pero no solo a la salud les afectan las partículas emitidas: «Las plantas están quemadas y en los coches se quedan pegadas con el rocío». «He puesto denuncias en todo lados y el único que ha hecho algo es el Defensor del Pueblo». concluye.